"Rojo": Neo álbum de Wilder Gonzales Agreda

Por Arturo Calderón Huapaya

La experiencia humana ha cambiado. Ningún vidente cultural o creador vanguardista de inicios del siglo XX hubiera podido predecir la crisis que vive el mundo en estos momentos. La verdadera pandemia es, y al parecer seguirá siendo, el passéisme, el innecesario anclaje emocional/mental a unos valores, estéticos y morales, que ya eran obsoletos desde el siglo pasado, el siglo de las bombas atómicas, la carrera espacial y las telecomunicaciones. Consumimos mediocridad alegremente y el arte ha sufrido por ello. Revival tras revival toma lugar en el continuo vórtice de la desilusionante versión de la internet con la que tenemos que convivir.

Wilder Gonzales Agreda no es ajeno a esta devaluación de la creatividad del homo sapiens del siglo XXI, y con un ojo puesto en los grandes referentes de una vanguardia sonora que tenía hambre de futuro nos regala su más reciente proyecto: Rojo (2021); reapropiándose de una palabra, un color, a la que la ignorancia colectiva de los que más creen saber atribuye significados que solo son frases repetidas ad nauseam. WGA sabe, como ha dejado claro en múltiples oportunidades, que cada uno es su propio tótem y que en un mundo de poses solo lo sublime nos puede conducir a un verdadero jouissance.

“Mi media naranja” nos recibe en este cóctel sensorial que combina de manera gloriosa lo ácido de un ruidismo bien ejecutado y lo dulce de unas pulsaciones juguetonas que harían sonrojar tanto a Aphex Twin como a Labradford. “Serapio 7 balas” suelta al oyente en el medio de un tiroteo láser que podría venir del siglo XXX para ir penetrando en lo que parece ser la psique del personaje del título; distintas voces resonando en la cabeza mientras su cerebro se llena de miel interdimensional. El “Butes” de WGA también se deja llevar por sus pasiones, en este caso la mitología se deja de lado para dar lugar a los cuestionamientos de la hipercomercial cultura imperante mientras la voz humana se va desvaneciendo y nos sumergimos junto con las sirenas en un océano de sonido y su canto evoluciona a ruido blanco. “Ritornelo” le quita la cadena a un sediento can sonoro en una concisa composición que es seguida por “Gracias Spacetime Continuum”, la cual rinde tributo a los maestros del psybient del mismo nombre en un neocósmico mantra para un futurista chamán andino. Una irregular percusión casi zen abre la pista homónima del álbum, una meditación electrónica que va mutando en la que es de lejos la pista más inmersiva de todo el trabajo. Una oda a la innovación musical sin un ego que ensucie la inmaculada belleza de este ambient IDM.

En definitiva, Rojo (2021) te invita a perderte en sus alucinantes sonidos, en sus texturas sinápticas que serán la delicia de los melómanos, esos que aman lo que puede llegar a generar el sonido en manos de músicos visionarios. WGA está en una liga aparte -solo se me ocurre Silvania en cuanto a compatriotas cuando pienso en composiciones tan orgásmico-oníricas como las de este álbum, además del colectivo Crisálida Sónica– de los refritos que normalmente obtiene repercusión mediática. No es una exageración propagandista; es un hecho tangible. Como diría el propio Wilder tantas veces en su blog – ¡LARGA VIDA A LA VANGUARDIA!

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