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Daniel F: “Recién ahora hay gente a la que le parece raro que la cumbia y el rock convivan”
Daniel F fue, es y será una de los símbolos más importantes de la música nacional. Su trayectoria, con su banda Leusemia y como solista, lo ha consagrado como una de las piezas fundamentales del rompecabezas del rock peruano, además de ser uno de los rostros representativos de la movida subterránea del país. Este 13 de noviembre, el cantautor abrirá el concierto de la banda escocesa Travis. Conversamos con él sobre sus influencias, la situación política del país, la convivencia entre géneros musicales y sobre la propuesta legislativa por parte del Congreso para que se celebre el “Día del Rock Peruano”.
Daniel, hace unas semanas fuiste anunciado como el artista soporte de de la banda británica Travis. ¿Te sorprendió esta convocatoria, teniendo en cuenta que ellos hacen pop o alternativo noventero?
Daniel F: Es una sorpresa. Cualquier convocatoria para ser artista soporte de una banda que venga de afuera es bienvenida. En el caso de Travis, a mí me parece que son todo lo contrario a una agrupación de pop o alternativo noventero. Siento su música muy folclórica. Es muy inteligente de parte del productor elegir a alguien que esté dentro del rango de lo acústico y de hecho, me voy a presentar en ese formato. Si me presento con toda la tonelada del rock and roll, sería un asesinato.
En varias ocasiones, has manifestado que eres fan del rock británico. Sigues mucho a Rod Stewart. ¿Cuánta conexión tiene tu música con esta escena?
D: Lo mío con Rod Stewart está más enfocado en su etapa de blues y precisamente, su etapa de folclore. Sus canciones de inicios de los años 70 con violines, mandolinas y guitarras acústicas. Con esa etapa, tengo bastante conexión. No sigo una línea sonora similar porque todos tenemos una línea propia, pero son fuentes de inspiración desde siempre.
¿Y cuál es la línea sonora que sigue Daniel F?
D: Tomar esta línea de sonidos de mandolinas, violines, guitarras acústicas y combinarlas con un rock bien potente. Ahí no solo están los británicos, sino muchos otros. En Argentina tengo ídolos como Luis Alberto Spinetta y Lito Nebbia; y en Estados Unidos, Bruce Springsteen es de mis más altos estándares.
Es interesante cómo, según el lugar, la música va adaptando su propio sonido y edificación.
D: Hay una búsqueda de identidad de ser lo más auténtico posible y que tu trabajo sea identificable. Por ejemplo, cuando alguien escucha Los Mojarras, dice: “Estos son Los Mojarras. No hay otro en el mundo que suene igual”. Cuando escuchas algo de Spinetta, de Vox Dei, de Bruce Springsteen, va a pasar lo mismo. Los identificarás inmediatamente.
¿La ciudad de Lima influye en la narrativa de tu música?
D: La ciudad y su historia. Soy muy apegado a la historia. La ciudad te inspira. Una de las últimas canciones que estoy cantando está totalmente inspirada en la ciudad de Lima. Se llama “Alguna canción de Olvidados”, y habla sobre el recorrido de las calles, los aromas y eso frágil que tiene la ciudad. Pero también sobre algo fuerte que al final te jala hacia ella y hace que siempre vuelvas. Uno requinta sobre la ciudad, dice que no le gusta, pero al final siempre estás volviendo.
El público también puede darle distintos significados a tus canciones. Asociarlos con la ciudad sin que tu intención haya sido hablar de eso.
D: Al final lo que manda es la percepción personal. Por ejemplo, “Dunas de sal” habla sobre la mala suerte y me refiero a la “sal” como los salados que somos algunos. Pero una vez alguien me dijo: “Esa canción está inspirada en mi abuela. Ella era así. No sé cómo has logrado eso”, y me comenzaba a preguntar sobre el origen de la canción porque estaba seguro que estaba inspirado en ella.
Si Lima sonara a algo en específico o algún artista particular, ¿a qué sonaría?
D: Cuando a Perú vino John Anderson, cantante histórico de Yes, en un canal de televisión le preguntaron: “¿Ha escuchado la música de Lima?”, y él respondió: “Sí. Tutu, Titi, Tata”. Para él, británico y que viene de una realidad diferente, eso es a lo que suena Lima: al claxon de los autos y a las sirenas de ambulancias.
También has manifestado tu admiración por Pink Floyd. Su música se mueve siempre en la esfera política. Roger Waters, desde su rol como activista, se pronuncia de manera contundente sobre los problemas sociales y políticos que acarrean al mundo. Dado el contexto actual en el país, ¿en Perú nos hace falta un Roger Waters? ¿Un artista netamente político?
D: Pasa que no hay un artista tan enorme como Roger Waters en el Perú. Es decir, no para hacer todas estas puestas, así que resulta injusta la comparación.
¿Y por dónde crees que camina el discurso de la música hoy en día?
D: Yo creo que la canción como corriente va a sobrevivir. Hay gente que piensa de manera muy pesimista y dicen que los músicos que solemos hacer arreglos orquestales con más instrumentos para nuestras grabaciones, vamos a desaparecer. No creo eso. La música va a sobrevivir. El rock va a sobrevivir y va a salir adelante. No se va a dejar morir tan fácilmente.
¿Pero el discurso de la música va a cambiar?
D: Eso ya depende de los músicos. No todos van a tener discurso y tampoco es una obligación que todos lo tengan.
Acerca del tema de los discursos, por ejemplo Pedro Suárez-Vértiz dijo siempre que era ‘apolítico’, mientras que Susana Baca se manifiesta con mucha vivacidad en contra del Gobierno. El rock históricamente tiene una connotación más política, pero en el Perú algunos rockeros evitan hablar de política. ¿Qué opinas de esto?
D: Es una decisión totalmente personal. Cuando es una decisión personal no puedes hacer nada.
El congresista Alejandro Cavero está promoviendo que se declare el ‘DÍA DEL ROCK PERUANO’ cada 13 de febrero, conmemorando precisamente la fecha de nacimiento de Pedro Suárez-Vértiz. ¿Estás de acuerdo con la propuesta de Cavero?
D: A mí ni me va ni me viene, pero hubiera preferido una fecha que tenga que ver con Gerardo Manuel. Con él, en los 60, se inicia lo más cercano que hemos tenido a un movimiento de rock en el país. Una movida hecha por jóvenes que vivían y respiraban rock. Gerardo formó y conformó muchos proyectos como Los Doltons, Los Shain’s, Pepper Smelter y El Humo, pero su papel más notorio e imperecedero es en el campo de la difusión a través de sus programas de radio y televisión.
Defendió una música que siempre ha sido punto de ataques. He visto muchas entrevistas donde el rock es atacado furibundamente y él ha estado ahí para defenderlo y tirar abajo cualquier argumento. Él es la persona más indicada para alguna conmemoración.
Es la postura que tienen algunos críticos. Que el ‘DÍA DEL ROCK PERUANO’ celebre más bien a otros actores determinantes de la escena, como Gerardo Manuel, Los Saicos o Los Incas Modernos.
D: Al final no sé qué va a pasar. Hace años también habían decretado el ‘Día del Rock Peruano’ por lo que pasó con Dudó y no se concretó. Al final es solo una fecha.
Sobre el festival Vivo X el Rock y su edición 2025. Eres uno de los artistas que más participación ha tenido en la historia del evento. ¿Por qué no estarás en la próxima edición? ¿Es decisión de los organizadores, o tuya?
D: Por la misma razón por no estamos ni Líbido, ni Mar de Copas, ni Río: no siempre tenemos que ser los mismos. Es una decisión bastante saludable por parte de la organización poner otras bandas con trayectorias fuertes, como Rafo Raéz por ejemplo. Ojalá salga bien este evento por el bien de la música y de todas las bandas.
¿Y qué opinas sobre los artistas nuevos que aparecen en la lista?
D: La otra vez estuvimos en un evento en Vichama y pusimos 3 o 4 bandas que no todo el mundo conoce. Fue un placer ver y escuchar a grupos jóvenes que tienen muchas ganas. Es un orgullo y una alegría que salgan bandas tan jóvenes con una música tan dinámica y auténtica.
¿Has escuchado 380 y estas nuevas bandas de centennials que intentan reivindicar el punk? ¿Qué opinas de estas propuestas?
D: Es un proceso que se va a seguir dando y yo espero que sigan adelante. A 380 los he visto solamente a través de vídeos de YouTube. He ido a Arequipa y he querido verlos, pero no he podido hasta ahora. Ojalá sigan adelante y puedan capear esos obstáculos que tenemos todos los que queremos hacer música en este país.
Hace unos días, entrevistamos a los Hermanos Yaipén, uno de los máximos referentes de la cumbia peruana, y dijeron que la cumbia y el rock son géneros que podían convivir, tanto en la radio como en los festivales y en la escena en general. ¿Coincides con los Yaipén?
D: Claro, si eso lo hemos venido haciendo desde los 80. Antes, en los festivales más plurales había folclore, acústico, rock, chicha y cumbia. Y ahí estábamos conviviendo con Los Shapis, Los Ecos, etc. Recién ahora hay gente que esto le parece raro, pero esto se ha hecho hace décadas. Seguramente porque antes manteníamos un discurso similar y teníamos unas apuestas parecidas. Muchos de estos grupos no tenían sitios donde tocar y costaba hacer un movimiento. Eso fue lo que nos unió.
¿Mantienes cercanía con algunos artistas de otros géneros?
D: Con Jaime Moreira (fundador de Los Shapis) tenemos una amistad desde los 80. Es más, cuando yo trabajaba en un estudio de grabación en 1987, ellos llegaron y grabamos dos canciones con Los Shapis.
Hay una versión de “El Colegio No Voy Más” grabada en cumbia.
D: Eso lo hicieron Los terapuetas del ritmo, que suelen hacer este tipo de trabajos. Toman alguna canción de rock, pop o balada y la convierten en cumbia. Tiene su gracia, pero también tiene su talento para poder convertirlas a ese ritmo.
Sobre la entrevista con los Hermanos Yaipén, Salim Vera, vocalista de Líbido, fue categórico y dijo que la cumbia y el rock no pueden convivir. ¿Se puede ser tan categórico cuando hablamos de gustos?
D: Cada quien tiene su mundo. Dentro del mundo de Salim quizá estas dos corrientes no se pueden enlazar. En donde yo me desenvuelvo, sí. He trabajado con bandas de chicha y de cumbia. Grabé al Grupo Guinda, que hasta ahora nos vemos. Incluso estuve a punto de cantar un par de canciones para ellos.
¿Cómo pasó esto?
D: Escucharon una canción mía y dijeron: “Este huevón canta, ¿no?” [Risas], y me ofrecieron cantar un par de canciones para ellos. Eso habrá pasado en el 88 o en el 89 y al final no pasó a mayores, pero yo no le hubiese hecho ningún asco. Me hubiese mandado y habría sido bastante gracioso para mí.
¿Con la salsa como te llevas?
D: De la salsa lo que destaco es la habilidad instrumental de los músicos. Tienen musicazos. Es super emocionante escuchar unas líneas de bajo, lo que hacen las segundas guitarras, o los arreglos de los vientos. Esa es la parte más destacada de la salsa.
Incluso hay canciones que fusionan salsa con rock.
D: Las corrientes no están libres de las fusiones. De hecho, eso es lo que más va a enriquecer la música. En estos últimos 100 años así es como ha progresado la música popular.
¿Y la música urbana?
D: No es de lo que más escucho, pero me parece que es un género que está presente. Y si está presente hace más de 20 años por acá, es por algo. Hay algo que debe haber cautivado a la gente para que funcione de esa manera.
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