Linkin Park: «El proceso no fue decidir volver [sin Chester], fue decidir si todavía era posible»

Antes de su regreso a Lima, Dave Farrell habla sobre la reconstrucción de Linkin Park y su renacer con From Zero tras la pérdida de Chester Bennington
Sibilla

Después de años de reconstrucción y reflexión, Linkin Park renace con From Zero, un álbum que marca un nuevo capítulo en la historia de la banda. Hablamos con Dave Farrell, bajista y miembro fundador, quien nos revela cómo la banda encontró un nuevo camino tras la pérdida de Chester Bennington, cómo la llegada de Emily Armstrong aportó una voz propia, y cómo enfrentaron la ansiedad, la duda y la incertidumbre creativa para volver a conectar entre ellos y volver a sentirse como banda.

Farrell nos comparte los detalles del proceso de composición, los momentos de parálisis y de resiliencia, y cómo cada paso de este viaje fue un camino para volver a resurgir como banda.

Linkin Park llega a Lima este 28 de octubre con su gira From Zero World Tour para un show en el estadio San Marcos. Las entradas están disponibles en Ticketmaster.

 

El nuevo álbum se llama From Zero, es difícil no pensar en Xero, primer nombre de la banda, allá por los 90. ¿Fue intencional o casualidad?

Sí, hay un pequeño juego de palabras ahí. El título From Zero tiene varios significados. Por un lado, definitivamente representa una reconstrucción, un nuevo comienzo. Es esa búsqueda de descubrir cómo seguir adelante después de todo lo que hemos pasado, cómo volver a ser una banda otra vez. Ese fue el punto de partida.

Por otro lado, mucha gente no sabe que el primer nombre de la banda fue Xero, con X, allá por 1997. Incluso pensamos en llamar al álbum From Xero, con X, como una broma interna. Pero al final sentimos que sería demasiado específico, algo que no entendería todo el mundo. Así que decidimos mantenerlo simple. Hay mucho detrás de ese título. Durante el proceso, Mike, Joe y yo —y luego Brad— pasamos por un viaje de descubrimiento: ¿realmente podíamos avanzar? ¿podemos hacerlo? ¿Cómo lo haríamos? Y From Zero fue la respuesta a todas esas preguntas.

 




Desde los días de
Hybrid Theory hasta la llegada de From Zero, la banda ha tenido una historia de transformación. ¿Qué queda del ADN original de Linkin Park, y qué parte ha evolucionado con el tiempo?

Siempre hemos sido seis personas en la banda con opiniones muy fuertes, y eso sigue igual hasta hoy. Siento que cada álbum que hemos hecho es el resultado de muchos intereses distintos conviviendo al mismo tiempo, un proceso creativo y musical. Pero, al final, nuestro objetivo con cada disco siempre ha sido el mismo: que los seis estemos totalmente convencidos de cada canción. Si una sola persona no lo está, esa canción no entra al álbum.

Eso hace que el proceso de composición sea mucho más largo de lo que probablemente debería ser, pero también nos asegura que lo que entregamos realmente representa quiénes somos en ese momento.

Con From Zero no fue diferente. La misión fue escribir música que amáramos ahora, sin pensar en fórmulas ni en cómo “debería” sonar un álbum de Linkin Park. Solo escribir hasta sentirnos emocionados y felices. Así fue como nació From Zero.

¿Cuándo te diste cuenta de que no se trataba de volver, sino de continuar?

Si me hubieras preguntado hace dos, dos años y medio, no tendría ni idea de dónde estaríamos o qué estaríamos haciendo. Esa es una respuesta honesta. Creo que, en el proceso, en el día a día de lo que hacemos, hay muchas decisiones que simplemente surgen de intentar algo y ver qué puertas se abren y cuáles se cierran —creativamente, racionalmente, etc. Y al día siguiente, lo mismo. Y en un punto determinado, dos años después de ese momento, en el que estamos hoy, mucha gente mirará y dirá: “Oh, este fue el plan. El plan era ir a una gira en Sudamérica en 2025”, ¿No verdad?

No.

Ese no era el plan. El plan para mí, en el día a día, fue: pasé cinco años después de la muerte de Chester mirando a la banda y pensando en ella, preguntándome si quería hacer algo, si siquiera podía. ¿Emocionalmente sería demasiado duro? ¿Me gustaría la música que podríamos hacer? ¿Vamos a tocar shows? Me paralicé pensando en cómo iba a responder a todas esas mil preguntas antes de dar el primer paso.

¿Te costó reconectar?

Me tomó mucho tiempo. En un punto determinado, Mike, Joe y yo hablamos y dijimos: “Vamos a reunirnos, vamos a empezar a hacer cosas y veamos qué es y si nos gusta: ¿Podría ser algo más?”.

Y al final de esos miles de pasos, llegas a un lugar —estamos aquí hoy— y estás hablando de cosas que estás haciendo y del recuerdo que tienes y de todo lo demás. Y la tendencia, creo, es que la gente quiera creer que ese era el destino, como si hubieras emprendido un viaje sabiendo a dónde ibas. Pero en realidad no sabíamos a dónde íbamos. No sabíamos si llegaríamos a algún lugar.

Fue solo un largo período de lágrimas y luego: “Ok, ¿ahora qué? ¿Qué queremos hacer hoy?”. Y luego al día siguiente: “Ok, esto, esto y esto. Hagamos algo más, o más de esto, o intentemos aquello”.

 

¿Cuándo comenzaron a sentir que la energía regresaba?

Emily y yo conocimos a Colin, y Colin tocaba trompeta y escribía con nosotros. Escribimos con él durante un año antes de siquiera saber que era trompetista, lo cual es divertido. Pero en ese momento fue como: “¿En serio? ¿La trompeta es tu mejor instrumento?» Hemos estado escribiendo y trabajando juntos, disfrutando con Colin, construyendo sonidos en la computadora, trabajando en guitarra y bajo, escribiendo… Colin también es un buen cantante.

Estás en el proceso. Y luego conocer a Emily y pensar: “Emily es una vocalista increíble, pero más allá de eso, me encanta estar con ella. Es muy divertido tenerla cerca”. Nos divertimos, disfrutamos nuestro tiempo juntos, y ahí surgió esa sensación de: “Esto podría funcionar”. Empieza a sentirse como una banda cuando simplemente te gusta estar en una habitación juntos: cantar, tocar, improvisar, pero también hablar, bromear, comer juntos y soñar con lo que podrían hacer. Todo eso pasó lentamente, con el tiempo. Y al final, aquí estamos.

Conectaron.

Sí, es como una relación en tantas formas diferentes. Para mí, comenzó con una cita en Taco Bell, el lugar más barato de tacos. No sabes a dónde va esa relación o dónde va a estar, pero estás ahí, día a día, tomando todas esas decisiones, y luego todo eso se suma a algo más en el camino.



Y hablando de Emily, ¿qué vieron en ella que funcionaba con Linkin Park?


Creo que lo que siempre hemos hecho con la banda, en una estructura muy amplia, es seguir nuestro propio corazón, nuestra propia idea de las cosas que amamos y que nos gusta hacer. Y después de eso, esperamos que a otras personas también les guste. Para nosotros —para mí— ese proceso fue exactamente lo mismo. […] Siento que si le preguntaras a Mike, a Joe o a Brad de manera diferente, podrían darte respuestas completamente distintas.

Pero para mí, en el proceso de lo que estamos haciendo, como decía antes, no estaba tratando de responder todas las preguntas; estaba intentando avanzar y ver qué sucedía. Literalmente me paralizaba. Me paralizaba en mi cama por la noche pensando: ¿qué será lo nuevo? Si hacemos algo nuevo, ¿cuál será el sonido? ¿Vamos a hacerlo o solo queremos tocar los mismos temas? ¿Qué significa eso? ¿Quién lo cantará? ¿Serán múltiples cantantes? ¿Usamos la voz de Chester? ¿Tenemos a alguien que suene como Chester?

Al final, estaba casi tan ansioso como si estuviera atrapado. Era un bucle infinito. Y no hacía ninguna de esas opciones. Solo ansiedad. Hasta que dije: basta.

¿Cuál fue el punto de quiebre?

Conocí a Emily. Ella era una de un par de vocalistas con las que nos sentamos en distintos espacios, nos divertimos y escribimos música. Creo que parte del proceso también fue pensar que, si hacíamos nuevos shows, tal vez sería tomar a un par de cantantes diferentes para ayudar a interpretar algunas canciones del catálogo y hacerlo más como un tour con distintos invitados.

Y en un momento, simplemente Emily hizo clic. Se alineó todo y fue como: “Ok, esto es algo único, nuevo”. Y a medida que avanzamos, recuerdo que hubo un punto en el que Mike estaba evaluando cómo sonaba en algunas canciones antiguas que habíamos hecho —ya habíamos escrito y trabajado cosas nuevas juntos— y entonces Mike le preguntó: “Si vamos a hacer shows, ¿cómo lo ves? ¿Te sientes cómoda cantando algunas de estas canciones? ¿Cuáles te gustan?”.

Y escucharla fue, para mí, un cambio de juego, porque ella fue capaz de poner su propio sentimiento en esas canciones, su propia emoción. Cubrió lo que esas canciones necesitaban, pero sin intentar ser alguien más. No intentó ser Chester. Fue simplemente ella. Y, para mí, eso encajó. Tocó los mismos puntos emocionales que necesitaban las canciones.

En ese momento, se convirtió en algo muy distinto. No solo fue como: “Ok, podemos seguir haciendo esto con Linkin Park”, sino “quiero seguir haciendo esto como Linkin Park”. Se sintió como todo lo que siempre amé de mi banda. Tenía esa esencia. Y eso fue enormemente liberador.



Las Tres Preguntas con Dave Farrell

Tres álbumes favoritos

El White Album de The Beatles, …And Justice for All (…And Justice for All) de Metallica y Switched-On Bach de Wendy Carlos. Este último es un corte muy profundo.

Tres artistas que te gustaría recomendar

No necesariamente nuevos, pero últimamente he estado amando a Sleep Token. Harris tampoco es nuevo, pero hemos hecho algunos tours con ellos y los adoro como banda. Estoy tratando de pensar en alguien realmente nuevo… no me viene ahora mismo, pero Jean Dawson, que es más reciente y ha estado con nosotros, es fenomenalmente talentoso.

Un concierto que cambió tu vida

Tuve la oportunidad de ver a Rage Against the Machine en París, justo después de que regresaron. La producción era mínima: prácticamente una sola luz encima del escenario, como un gran halo sobre ellos, y nada más. Estaban en una arena con, no sé, unas 15 o 20 mil personas, y ver lo que podían lograr solo con su música y su público, sin ningún otro artificio, fue increíble y muy especial.

Fue el recordatorio que necesitaba en ese momento: que la música, por sí sola, puede generar una conexión profunda y que puede ser todo lo que necesitas. Es algo que intento mantener siempre presente.

 

 

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