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Crónica: Satanic Surfers en Lima – 30 noviembre 2015
La noche comenzó en una calle vacía. Cailloma fue víctima del chiste obvio: habían literalmente 3 gatos negros esperando cerca a la entrada de uno de los eventos skater punk más importantes del año. Después de más de 20 años desde su fundación, los suecos de Satanic Surfers tocaban en suelo peruano por primera vez como parte de una gira latinoamericana (con un breve desvío la semana anterior para tocar en Tokio).
Crónica por Ray Ray Afrika.
La noche comenzó en una calle vacía. Cailloma fue víctima del chiste obvio: habían literalmente 3 gatos negros esperando cerca a la entrada de uno de los eventos skater punk más importantes del año. Después de más de 20 años desde su fundación, los suecos de Satanic Surfers tocaban en suelo peruano por primera vez como parte de una gira latinoamericana (con un breve desvío la semana anterior para tocar en Tokio).
Una banda de culto, los Satanic Surfers comenzaron su carrera a finales de los 80s y adquiriendo popularidad durante los 90s por el sonido punk melódico preferido entre skaters. Su último disco, Taste of Poison, fue lanzado hace más de una década en el 2005 por lo que una gira por parte de esta banda fue una noticia poco esperada pero bienvenida entre sus fans.
El evento mismo comenzó un poco con el pie izquierdo, con el guitarrista de la primera banda (My own way) llegando más de una hora tarde pero de algún modo aun así logrando tocar un set entero de canciones llenos de gritos. A pesar del atraso monumental, había cierto encanto en la velada que traía consigo una nostalgia a la época punkeke de los 2000s en una Lima llena de conciertos improvisados, bandas de colegio y un espíritu de rebeldía chonguera.
Aun así, el ambiente fue mejorando mientras progresaba la noche. Dentro de los teloneros tocó una banda chikipunk con vocalista femenina llamada No Fate que cerró con un cover de NOFX (que fue muy bien recibida ante la expectativa de su concierto en Lima la próxima semana). También estuvo Ching Dynasty, que a pesar de un buen sonido sonaba un poco como si hubiesen mezclado todas las copilaciones de Punk-O-Rama para crear una banda derivativa de todo el punk gringo noventero, incluyendo letras en inglés.
De las bandas locales las más sorprendentes probablemente fueron 4 Lukas, con una buena mezcla de géneros y un vocalista que supo manejar bien a la audiencia, y por otro lado Los Bestia que gracias al buen equipo de sonido del evento tuvieron una buena oportunidad para hacer brillar estilo de power trio punk rock. De los teloneros locales Los Bestia probablemente hayan sido los que más parecieron divertirse sobre el escenario y la buena onda se transmitió a la audiencia impaciente por ver a los artistas internacionales.
Antes de Satanic Surfers tocó la banda skatepunk alemana Straightline, que comenzó su show con un saludo especial a Play Attenchon (que estaba parcialmente presente en la audiencia). Enamorando al público con su sonido pulcro y performance lleno de saltos y energía, lo espectadores formaron un lazo inmediato con la banda y no perdió tiempo en armar pogos llenos de stagedives y chonguear con la banda poniéndole de apodo ‘Ben Affleck’ al baterista. Straightline tocó excelente y mostró punche cuando en mitad de una canción al guitarrista se le rompió una cuerda y bajó del escenario para traer una nueva y cambiarla en medio de una canción. Punk rock.
Llegada la hora de los Satanic Surfers (que a pesar de los retrasos con las bandas teloneras, aun así lograron comenzar a tiempo) la gente estaba empiladísima. Rodrigo Alfaro, el vocalista, se comunicó usando español perfecto con la audiencia que respondió emocionada pidiendo canciones incluso desde antes que la banda empezase a tocar. El repertorio fue todo lo que un fan pudiese haber esperado de ellos, tocando todos los hits más clásicos, especialmente de su álbum ‘Hero of our Time’ y el relativamente más reciente ‘Taste the Poison’.
Durante una canción la audiencia le regaló chullos a los miembros de la banda, que los usaron durante una canción entera a pesar del calor insufrible causada por el furor de un pogo iluminado por luces de colores. En algún momento una tabla de skate empezó a aparecer a la altura de la cabeza de los participantes del pogo y así se consolidó la noche como el concierto perfecto skaterpunk de fin de año.
Ahora les dejamos las fotos por Samuel Girón.
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