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Crónica: Citizen en Lima 2018
A veces uno se pregunta en qué momento se vuelve tan íntimo con cierto artista. En efecto, son muy pocos quienes poseen aquella habilidad de conectarse contigo de forma exacta a través de su música. Pocos son quienes te producen la reconfortante sensación de que no estás completamente solo. El vínculo que demostraron las más 100 personas con Citizen anoche es muestra de ello: de un acto meramente confidencial. Vínculo que ni los kilómetros de distancia pudieron socavar, pues 511 Underground, en una arriesgada jugada, cumplió uno de los sueños musicales de este cronista y de muchos de los presentes.
Citizen llegó a nuestro país en su mejor momento. Con cuatro discos que los respaldan, As You Please (2017) es su producción más ambiciosa hasta el momento. Este LP nos refleja, si bien una nueva versión de la banda, una versión mucho más sólida y madura en cuanto a su composición. Lo curioso radica en que a lo largo de su carrera, se les ha clasificado como emo, grunge, pop punk y hasta de indie rock. Pero lo cierto es que escribir sobre ellos sobrepasa sus concepciones musicales. Para entenderlos hay que contemplar la amalgama de emociones que desbordan en el escenario. Atmósferas cargadas de resentimiento, frustración, nostalgia y todas aquellas emociones típicamente adolescentes que, acompañadas de las ruidosas pero precisas interpretaciones de cuerdas -quizá por aquí provenga su “huella grunge”-, se tradujeron, en el público peruano, en pogos y en el imprescindible “crowd surfing”.
Las acciones en The Blood iniciaron a las 6:00 pm. Los primeros en calentar los amplificadores fueron los chicos de Angry Youth, interesantísima propuesta de hardcore punk que me hizo retroceder a la época noventera de No Use For A Name por momentos y que mereció más público del que tuvo. Respetando el horario, Planos y Heraldo, bandas que lentamente se están haciendo notar, desplegaron lo mejor de sus repertorios luchando con un sonido que fue eventualmente corrigiéndose. A continuación, el trío Wanderlust le daría un giro espectacular a la noche. Su elogiable ejecución en vivo despertó el interés de los puntuales, los cuales se deleitaron con un exclusivo adelanto de su nueva producción. Millones de Colores y Cecimonster vs Donka alentaron los pogos preliminares y Procrastinación 1 Yo 0, teniendo a los protagonistas disfrutándolos desde el balcón, demostraron por qué son un referente del emo punk en Lima.
A las 10:30 pm, Citizen estaba listo para lo que sería un show cargadísimo de energía. La prueba de sonido mantuvo impacientes a los presentes, quienes reclamaban la aparición del cumpleañero, Mat Kerekes, con globos blancos y rojos. El contexto estaba condicionado para ser una fiesta, aunque esta sería una fiesta de cumpleaños muy diferente. Entonces llegó lo que tenía que llegar. Un tímido Mat corrió hacia el escenario y ordenó el comienzo de la celebración. Los tres baquetazos desde la batería señalaron el advenimiento de “Roam the room” causando el desenfreno inmediato de la audiencia.
Acertada manera de comenzar y motivar a una masa de gente que recibió con las pinzas a los teloneros. Sin embargo, la banda iría de primera a segunda en cuestión de segundos. Inmediatamente después y en unísono con el público espontáneamente eufórico, los cuatro de Ohio interpretaron “The Summer” y convirtieron la tétrica discoteca The Blood en una edición más del Warped Tour. Los cuerpos se turnaron -y muchas veces no- para ser levantados y, con tan solo 6 minutos de concierto, complicaron la existencia de las vallas de seguridad que, sinceramente, no correspondían para una banda como Citizen que está acostumbrada a ver cómo la gente se avienta desde la tarima.
Ante tan repentina catarsis -que sería finalmente consumada una hora más más tarde-, la banda disminuyó aparentemente las revoluciones con “In The Middle of it All”. No obstante, la concurrencia respondió notablemente saltando y quemando sus cuerdas vocales. Quizá se percibió una necesaria calma con “Cement”, tema incluido en el infravalorado Everybody Is Going To Heaven (2015), antes de que Jake Duhaime vuelva a reventar su batería al ritmo de los saltos frenéticos de un público entregado con “World” -muestra de que As You Please (2017) fue debidamente estudiado-. Pero no podíamos ir a un receso sin corear los temas insignia del Youth (2013), quizá el disco más representativo de la banda. Tras casi cinco años de espera para que se consume el acto, de los amplificadores se percibieron los intros de “Sleep” y “The Night I Drove Alone” para una muchedumbre que, con los puños en alto, le cantaba a quien sabe quién aquellas canciones que, por aquella primera vez, no provenían de nuestros reproductores de música.
Hubo un intervalo. Nick Hamm anunció las últimas canciones ante la sorpresa de quienes sintieron que una hora habías pasado demasiado rápido. Pero todos sabíamos qué tramaban los chicos y que ahora que Mat no podría escaparse. A la cuenta de tres, The Blood entero le cantó “Happy Birthday” en inglés y español al vocalista con torta incluida. Pero fuimos nosotros quienes recibimos el mejor regalo de la noche. Los minutos culminantes vendrían con “Speaking with a ghost”, densísimo tema coreado a todo pulmón, “Jet”, single por excelencia de su nuevo disco, y “Drawn Out” a pedido del público. De esta forma y con este broche de oro, todos celebramos nuestros cumpleaños la noche del 22 de abril transgrediendo las mencionadas vallas de seguridad y compartiendo con Citizen, que luego del concierto se mezcló entre la multitud.
Crónica por Gustavo Ampuero. Fotos por Leandro Padilla.
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