Amaliya Group estrena disco: “Viyezgo. Vimbuza from Mzimba South” por 1000Hz Records

Por Wilder Gonzales Agreda.

En la escena global en la que respiramos, tal como brillan los “artistas” alumbrados por el marketing y asuntos accesorios a la música como Arte y, si se quiere, como manifestación de lo sublime -tranqui bro, acá también disfrutamos de Rosalía y Karol G-, decía que así como abundan tales mercenarios musicales habitan también quemados, locos y desquiciados que dan la contra y persisten en sonar siguiendo su instinto, tirando a la basura los preceptos que dictan lo que debe o no ser. Existen, incluso, otros chiflados que les apoyan y publican sus maravillas. Como diría Helene Ramos, “Dios los cría y ellos se juntan”.

Valgan estos términos para presentarte al sello polaco 1000Hz, dirigido por Piotr Dang, que a través de la serie “Sacral Grooves” presenta música originada en la región norte de Malawi (África). Un territorio ahíto de pobreza, rituales ancestrales y la sempiterna lucha por sobrevivir. El mundialmente conocido crítico Simon Reynolds, en su libro “Retromanía”, apuntaba que el tiempo de innovar ha terminado para Occidente, perdido como está en fetiches del pasado y “jóvenes” ocupados en cultivar los sonidos de sus abuelos y padres. Reynolds avizora que la nueva música provendrá de neo economías pulsantes como China o India. Pero ¿qué música puede surgir de un ambiente en donde los niños mueren de malaria, los jóvenes de sida u otras enfermedades venéreas y la vida es más jodida que un cactus? El sonido de la libertad. Eso es lo que nos trae 1000Hz en sus ediciones, la última de las cuales viene firmada por la hechicera y chamán Amaliya y su grupo: AMALIYA GROUP.

Ante “Viyezgo. Vimbuza from Mzimba South” (1000Hz, 2022) no hay resistencia que opere. Es un trance de arrabal que penetra, literalmente, la psique, el corazón y, obvio, el alma. Te volverás loco de lujuria y placer. Solo querrás cantar y danzar en esta vibra y tempo phorever.

La joven chamán conoce su oficio. La rave se torna tan intensa y real que los clientes retornarán agradecidos con muestras palmarias de gratitud: a pesar de que su casa no tenía electricidad, albergaba una serie de televisores que había ganado de pacientes agradecidos. Amaliya era famosa en el área de Endindeni. Se le conocía por luchar sin miedo contra la brujería malvada, incluso arriesgando su vida.

El sonido de “Viyezgo” -“Pruébame”- está bien lejos de la etiqueta “world music”. Lejos de ser domada y pasteurizada. Refleja, sin pretenderlo, las intenciones de genios, como Luigi Russolo y Conrad Schnitzler, quienes inventaron discursos post-musicales de la nada. Amaliya Group esculpe música extática de trance folk drone para seres hartos de bagatelas, caretas e impostaciones. Y nos demuestra que nada es imposible.