Conoce a Zavu C y su más reciente Álbum “ Saturnino”

Desde Trujillo, ciudad de la cultura y clima cálido, viene arrasando nueva música, fresca, visceral, novedosa y espontanea .  Entre lo más reciente tenemos al joven músico   Zavu C. (Rómulo Cabanillas), vocalista y guitarrista de la banda Mafús, nos sumerge en un viaje crudo y visceral, donde el dolor, la religión y la exploración personal se encuentran en cada beat y acorde distorsionado. Desde sus inicios en la escena musical trujillana, el artista ha sido un explorador atrevido, llevando al límite géneros como el lo-fi, el emo y la música urbana. Este álbum, compuesto por nueve pistas que viajan entre lo etéreo y lo perturbador, revela una visión artística tan personal como provocadora.

Su nuevo álbum “ Saturnino” abre con tres pistas conectadas, siendo cada una un peldaño hacia un abismo emocional. Saturnino inicia con “mi niño interior”, un tema que golpea de inmediato con la frase desgarradora: “mi niño interior quisiera morirse, no sé si ayudarlo o dejarlo rendirse”, dibujando con crudeza la complejidad de la depresión y el aislamiento. Una entrada potente que abre las puertas a una narrativa densa, pero auténtica, que avanza con fuerza mientras el álbum se despliega.

El segundo tema coquetea con el hyperpop en un estilo que recuerda a artistas como Rojuu o 100 Gecs, mientras que en “amnesia disociativa”, el artista nos lleva a un caos cuidadosamente construido, en el que el noise y las voces distorsionadas recrean una atmósfera casi alucinógena. Es una experiencia auditiva que reta al oyente a profundizar en su propio desconcierto.

El punto más desafiante llega con “pq tqm¿”, una composición deliberadamente incómoda, en la que la disonancia y lo “desagradable” se convierten en un acto de arte en sí mismo, empujando los límites de la estética convencional para transmitir la angustia de forma directa.

El viaje finaliza con “Jairo Alayo”, donde la letra —“por ti yo me jaireo y cambio música por religión… y me suicido tras esta canción”— expone un amor tóxico que consume y transforma, un deseo de resurrección y pérdida en una espiral de dolor. La canción avanza hacia una declaración de alienación con el mundo: “ya no quiero estar aquí sin ti en este mundo estúpido que trato de cambiar”, cerrando el álbum con una nota de intención.

Saturnino no es solo un álbum; es una catarsis auditiva, una llamada a la introspección y a enfrentar el lado más oscuro de nuestras emociones. Esta obra no es para cualquiera. Es un manifiesto musical para aquellos dispuestos a enfrentar una experiencia cargada de vulnerabilidad brutal.

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