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Crónica: Sónar Barcelona 2018
Durante este año el Sónar Barcelona 2018 generó muchas expectativas: el festival cumplía 25 años y había roto su récord de asistencia y número de artistas invitados. Más de 126.000 personas se reunieron en Barcelona para escuchar y bailar con los más de 150 proyectos que llenaron un line-up del que ya es uno de los festivales más importantes de Europa.
Cuando uno llega al Sónar, este no es lo que uno espera encontrar cuando visita un festival de música electrónica. Además de encontrar a los artistas con más proyección dentro del underground, se pueden escuchar tanto a Dj’s consagrados como Laurent Garnier, Richie Hawtin o Modeselektror, como también a artistas más mainstream (Gorillaz, Thom Yorke o LCD Soundsystem).
El festival se divide en dos partes con dos sedes distintas: el Sónar de Día en la Fira Montjuic en el centro de Barcelona –centro de convenciones que además de albergar múltiples conciertos simultáneamente, incluye la feria de tecnología “Sonar +D”– y el Sónar de Noche en la Fira Gran Vía de l’Hospitalet –espacio que consiste en 3 hangares y los espacios abiertos que los separan– que queda a unos 20min en bus de la primera Fira en una zona industrial y de oficinas cerca al Aeropuerto.
Una de las novedades de este año fue, para alivio de muchas, que el festival se sumó al protocolo de actuación contra las agresiones sexuales «No Callem». Donde, además de instalarse un stand informativo, se vigilan las zonas más sensibles y se forma al personal para que pueda socorrer y orientar en caso de agresiones machistas o sexistas.
Aprovechando los espacios de la Fira Montjic, se instalaron 6 escenarios, el más grande en el patio central del recinto, siendo el único al aire libre. Los demás escenarios e instalaciones que estuvieron en los espacios interiores de la Fira creaban un ambiente de fiesta nocturna que solo se rompía al volver al escenario principal.
Allí se presentó Undo. El productor Gabriel Berlanga hizo un live set muy completo, con de toques disco, y un poco de kraut donde se le podía ver usando cajas de ritmos, sintetizadores, y en ocasiones, su voz.
El escenario DESPACIO, fue otra de las novedades del festival: James Murphy y 2manydjs hicieron tres sesiones de 6 horas en todos los Sónar Día. Con un equipo de sonido cuadrafónico y una pista de baile en el centro de los altavoces, se prometía bajar las revoluciones que tiende a tener el Sónar por una música un poco más tranquila. Al menos en el tiempo que estuvimos, la música recordaba a los soundtracks de las películas porno de los setentas, un poco de funk, soul y disco.
De vuelta al escenario principal, estuvieron los congoleses de KOKOKO que, uniformados y con instrumentos construidos a partir de máquinas y piezas recicladas, llamaron la atención con sus ritmos afro-beat mezclados con música de baile y un toque post punk.
Lo más destacado fue Jenny Hval, una artista multifacética, cantautora y productora noruega que siempre sorprende. Se presentó en un teatro cerrado e hizo un live set en el que mezclaba el pop, la vanguardia y art pop. Además de una impecable performance musical, con una buena cuota de humor los músicos estuvieron jugando con sus smartphones y una concha inflable de juguete.
Uno de los conciertos más esperados del Sónar fue el de Rosalía. La nueva diva de Barcelona, que de la mano de su nuevo single “Malamente” producido por El Guincho, con una propuesta mucho más electrónica, llegó a presentar los temas de su esperado segundo álbum El Mal Querer. Con una performance en la que una motocicleta terminó irrumpiendo en un escenario abarrotado con bailarinas, Rosalía demostró que su coqueteo con el pop le queda tan bien como su faceta flamenca.
No se puede dejar de mencionar la actuacion de SOPHIE, la artista y productora llego para estrenar Oil of Every Pearl’s Un-sides, su aclamado nuevo álbum. La intensidad con la que actuó no dejo indiferente a nadie. Gracias a la desbordante sexualidad que representó con sus performers en el escenario, el abrasivo ataque de sintetizadores digitales y su extraña mezcla de pop, dubstep e industrial, dejó en evidencia que era una de las propuestas más extremas del festival.
Ya para el Sónar de Noche los volúmenes se triplicaron y las puestas en escena se magnifican a hasta ser una de las cosas más interesantes de estos hangares llenos de visitantes listos para bailar.
Una de las revelaciones de la música electrónica en los últimos años es Lorenzo Senni. Y llegó al festival para impresionar con su interpretación minimalista del género trance, el italiano creó drones y loops que te llevan a otro estado mental. Esto, sumado al impresionante juego de lazers que utiliza, fue una de las mejores impresiones de este año.
Quienes llegaron para presentar su nuevo álbum The Now Now fueron Gorillaz. De primeras notamos que la banda liderada por Damon Albarn está más que acostumbrada a tocar en grandes escenarios. No faltaron sus clásicos como “Superfast Jellyfish” del Plastic Beach, “Tomorrow Comes the Day” y hasta “Clint Eastwood” con la que terminaron el set. Como es costumbre hicieron un excepcional juego de visuales con los integrantes de dibujos animados de la banda añadiendo grabaciones de artistas con los que han trabajado anteriormente como Snoop Dog. Los nuevos temas sonaron menos trap o grime que el álbum Humanz y se acercan más a un Damon Albarn que juega con el disco, el funk y el soul con elque sus 5 coristas dieron la nota.
Para terminar, quien vino a presentar su faceta solista fue Thom York que junto a Nigel Goldrich mezcló la electrónica de baile con su toque personal y sensible que lo caracteriza. Esta fue una presentación impecable de un gran artista, no solamente por su trabajo musical, si no también por unas visuales de lujo que demuestran su lado de artista vanguardista.
Crónica por Alberto CW. Fotos: Sonar
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