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Crónica: Tigers Jaw en Lima 2017
Pocas bandas formadas en la adolescencia superan los 10 años de vida y, además, exponen una madurez en su estilo, composición y letras sin dejar abruptamente su esencia inicial. Ese es el particular caso de Tigers Jaw, la banda estadounidense de indie-rock-pop-emo-punk (dependiendo de qué disco te guste más y sin anularse entre sí) liderada por Benn Walsh y Brianna Collins.
Luego de 12 años de formación, 5 álbumes de estudio, numerosos EPs, haber perdido 3/5 de banda y sobrevivido a la universidad en el proceso, Tigers Jaw sigue perseverando en encontrando nuevas formas de hablar sobre la angustia, la decepción y las relaciones interpersonales, aunque en cada disco nos enfrentemos a una banda menos ansiosa y más contemplativa, más madura y crudamente honesta, siempre con la fuerte presencia vocal, melodías de teclados muy brillantes y robustas guitarras que los caracterizan.
Es esta versión más madura de Tigers Jaw la que se presentó la noche del domingo, acompañados de dos potentes actos nacionales Procrastinación 1 Yo 0 –quienes también han seguido un camino de madurez emocional y técnica durante estos años- y Fiesta Bizarra –quien nos presenta una última formación bastante atrevida-. Concierto que inicialmente –y de forma algo ingenua- fue pensado para el C.C. Festiva, terminó cambiando a una locación mucho más íntima para la felicidad de los 150 fieles seguidores que hicieron temblar el segundo piso de la casona antigua de Etnias Bar sin importar que al día siguiente fuera lunes.
Benn, Brianna y sus músicos de tour Luke, Teddy y Pat, llegaron al escenario a través del público, haciéndonos sentir desde ese momento que sería una noche realmente íntima y emocionante. Abriendo el concierto con “Follows“, la canción que inicia su último disco Spin (2017), y continuando con 19 canciones compuestas por los mejores temas de ese álbum junto con el anterior Charmer (2014) y el clásico auto-titulado (2010), Tigers Jaw no necesito decir más que “Gracias” y “Estamos muy emocionados” para cautivar a los asistentes, dejando que sus canciones hablen por ellos, aunque para los seguidores más antiguos se sintió la ausencia del sólido álbum Two Worlds (2010). Escuchamos clásicos como “The Sun“, “I Saw Water” y la infaltable “Plane vs. Tank vs. Submarine“, y nuevos éxitos como “Nervous Kids” o “June” –la entrega más pop de la banda hasta el momento-.
A pesar de los años, la honestidad de Tigers Jaw te permite identificarte desde lo más sensible, nervioso y tiernamente crudo de tu nostalgia adolescente. La noche terminó con una banda y público realmente compenetrado, el cual no sabía mejor manera de expresar su emoción que pogueando hasta las melodías más pop que llegaban a sus oídos y cantando a todo pulmón las frases llenas de angustia y esperanza que nos lanzaban. Sin duda, Tigers Jaw demostró ser un calce perfecto para los domingos melancólicos limeños.
Crónica por Alexandra Bedoya. Fotos por Samuel Girón
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