- Entrevistas
- Miki González: “El rock no ha muerto, pero tampoco se puede decir que es una música juvenil”
Miki González: “El rock no ha muerto, pero tampoco se puede decir que es una música juvenil”
- Fecha de publicación : 11:45 am
- 03/28/2024
- Última actualización: 12:48 pm
- 03/28/2024
Contenido elaborado en alianza con Tercer Parlante |
---|
De Madrid a Lima, de Boston a Chincha. Miki González es un verdadero trotamundos de la música. No solo por sus largos recorridos geográficos, sino por sus constantes viajes sonoros y tránsitos experimentales. Inquieto de profesión y artista por vocación, Miki celebrará sus 50 años de trayectoria y sus 72 años de vida este sábado 13 de abril en el Teatro Leguía de Lima. Conversamos con él sobre este imperdible concierto, cuyas entradas ya están disponibles en Joinnus.
***
Siempre es un gusto verte de nuevo en el escenario. Esta ocasión es aún más especial porque celebrarás tu cumpleaños en el marco de tus 50 años de trayectoria. Quería empezar por ahí: has atestiguado el paso de diferentes tendencias, estilos y formas musicales. ¿Hay alguna década en particular con la que te quedas musicalmente? ¿Alguna que te haya marcado?
Miki: Todas me han sumado algo. Es como preparar un plato: un locro. ¿Qué es lo más bacán de tu locro? El zapallo. Yo he utilizado los ‘zapallos’ que se me han ido presentando. Por supuesto, también hubo momentos en los que he sentido que quería tirar la toalla. Pero algo no me lo permitía. Y aquí estoy.
¿Quisiste tirar la toalla por temas de salud, por cuestiones artísticas…?
M: No, nada de eso. Fue por temas que no tienen nada que ver con la música, sino con el negocio de la música. La deslealtad, los puñales por la espalda, los arreglos y pagos para poder entrar a la radio. Ese tipo de cosas que aparecen, y que en el mundo de los negocios se validan. Pero que, en el mundo personal y de la sensibilidad, te pueden destruir. Te pueden hundir.
Y que, sin embargo, no son exclusivas del Perú, donde la industria musical es incipiente. ¿O consideras que en nuestro país estos problemas son mayores que en otros mercados?
M: Bueno, no lo sé porque vivo aquí. Nunca he trabajado en el extranjero. Aunque es cierto: diría que es igual en todos lados. Perú solo es una réplica del mercado y la industria internacional.
Hablemos de música. Si hay algo que ha caracterizado tu propuesta a lo largo de los años, son las diferentes facetas que has asumido: la fusión, el rock, la electrónica, la experimentación. Hay un término que suele usar la prensa musical para describir estos tránsitos: ‘evolución’. ¿También lo ves así… como una evolución?
M: Hay una parte de curiosidad natural. Si comparas algunas bandas que empezaron conmigo y han perdurado hasta ahora, prácticamente utilizan la misma fórmula. No puedo permitirme eso. Tengo una curiosidad natural. Por suerte, he podido experimentar, y nuevos públicos han aceptado muchos de esos experimentos. Eso es satisfactorio, me pone contento. Probar con algo, tener esa curiosidad natural… creo que es super sano.
Curiosidad que mantienes viva a los casi 72 años.
M: Sí, voy a cumplir 72. En el horóscopo chino, soy del año del dragón. Entiendo que la creencia dice que un ciclo dura cinco vueltas. Si divides 60 por los 12 signos, te da cinco. Es decir, mi ciclo se cerró cuando cumplí 60 años. Hace unos días, justo estaba hablando con una persona sobre mi edad, y me dijo que 72 es el número de Dios. Me sacó unas páginas de la Kabbalah y del misticismo hebreo… y es el número de Dios. Entonces, le pregunté: ¿Cuál es el número de Dionisio Romero? ¿A qué hora me cae un cheque del tamaño del universo para poder descansar un rato? [Risas] No paro; cada mes hay cuentas y cuentas. Es sarcástico, pero es así.
¿Nunca pensaste en llegar a los 72 años y celebrar medio siglo de trayectoria musical?
M: Jamás. Es genial, pero también tiene algo de suerte.
Y en este punto, ¿has sentido un agotamiento creativo?
M: Diría que como todos. Si estás en una relación y pasan muchos años, hay momentos en que las cosas se ponen complicadas. No es lo mismo, pero es una sensación similar. Hay momentos en que estoy cansado y digo: ¡Qué lata! Pero la creatividad es lo que me salva.
¿En qué sentido?
M: Por ejemplo, anoche tuve un día muy largo y prendí la computadora porque tenía una intuición. No pude parar hasta las 2 de la madrugada. Empecé a crear música en la computadora. Básicamente, eso es lo que más me motiva. Me gusta tocar la guitarra, pero la guitarra también es una relación. A la guitarra tienes que cuidarla, tocarla, agarrarla, abrazarla y llevártela para aquí y para allá. Ya no estoy haciendo eso tanto. Hay que practicar. Para tocar bien, hay que practicar. Hoy siento que no tengo ese tiempo. Las ganas…
¿Has perdido las ganas de tocar la guitarra?
M: No, no… no es que no tenga ganas. A ver: no tengo el tiempo para dedicarlo a la guitarra como lo requiere.
“No puedo permitirme usar la misma fórmula en la música. Tengo una curiosidad natural”
Has estado muy involucrado en la vida en el estudio desde los años ochenta. Y supongo que has visto todo el paso hacia la digitalización de la grabación y producción musical. ¿Saludas estas nuevas formas de registrar la música, o eres un nostálgico de lo analógico y tradicional?
M: No soy enemigo de nada. Me gusta todo. Me gusta el copy-paste. Cuando inventaron eso del copy-paste fue increíble. Agarrar un pedazo de canción y corregir una cosa minúscula. Ahorraba mucho tiempo. Pero es verdad: el estilo de grabación ha cambiado. El otro día, me salió en Instagram un video de Glyn Johns [ingeniero de sonido británico]. Ese pata planteaba todo lo opuesto a lo que estoy diciendo ahora. Él sostenía que los años sesenta era la verdadera época… aunque claro, si él ha grabado con los Beatles, con los Rolling Stones, ahora todo le va a parecer poco. Ninguna grabadora, ningún procesador le va a parecer suficiente. Pero todo tiene un porqué, ¿no? Y se puede aprender un montón de alguien que mantiene esa actitud.
Ahora están apareciendo estas canciones generadas con inteligencia artificial. Supongo que, si aparece un vídeo donde tu voz virtual está cantando un reggaetón o un trap, tú serías feliz…
M: Pero si yo también hago reggaetón con mi voz; no con la de la inteligencia artificial, sino con la poca que tengo y que me ha dado el universo. A ver… esas cosas pasan. Siempre hay un recelo de que no toquen lo mío.
¿Entonces no te gustaría tanto?
M: Mira, Wicho [García, de Mar de Copas] siempre postea unas cosas brutales en Instagram. La vez pasada publicó algo de Chomsky, quien decía que la inteligencia artificial no es inteligencia. Agarra todo lo que puede hasta el límite donde ya no es plagio y luego produce algo. Eso no es inteligencia, según Chomsky, así que no merece la pena prestarle atención. Siempre habrá un límite.
En tu carrera musical, ¿cómo has manejado el límite entre inspiración, copia y plagio total? Por ejemplo, ¿estás abierto a que hagan covers de canciones tuyas? ¿O que usen la IA para reinterpretar tu obra musical?
M: Creo que la inteligencia artificial tiene un papel importante, pero, como todo, si se utiliza bien puede ser algo muy útil. Si se usa mal, puede resultar terrible. Sobre este tema, lo primero que se me viene a la mente es el aeropuerto internacional que quieren construir en Chinchero [Cusco], al lado del pueblo. Cuando voy por allá, ya no quiero pasar por la carretera de la zona. Esa obra ha cambiado la estética de las viviendas; tres o cuatro pisos con vidrios azules y domos en la azotea. Entiendo la utilidad, pero no sé por qué nadie honra una profesión tan maravillosa como la arquitectura. Por el contrario: todo el mundo apuesta por el mal uso. Y lo que estéticamente era impecable, hoy es prescindible.
El riesgo de la masificación y la adaptación a los nuevos tiempos comerciales, lo cual es aplicable como metáfora a la música.
M: Al 100%. A mí me gusta el reggaetón, mucho. Es una evolución del dancehall, que era la música que me interesaba cuando empecé en todo esto. “Akundún” está basada en ese género jamaiquino, que quién iba a pensar entonces que sería mundial gracias a los portorriqueños. También está emparentado con el afrobeat, por lo que tiene cosas notables. Como esa canción de Rema con Selena Gomez, “Calm Down”, que ganó un Grammy. Es super comercial y pegajosa, pero a la vez muy elegante. O Bad Bunny, quien tiene un equipo de producción alucinante. En “Titi Me Preguntó” empieza con una bachata, y luego termina de forma impecable. Me encanta Bad Bunny, que tiene las ideas y el equipo. Como un chef. Tiene oficio, y al mismo tiempo un gran equipo. Es válido; así funciona el arte, la industria y el negocio.
Y como todo género, el reggaetón también tiene un lado que muchos critican. Sobre todo, sus letras…
M: Existen cosas impresentables. Hace poco salió una canción sobre un gato [“Desquite” de Feid]. Hay de todo un poco. Pero el tal gato que hizo esa letra seguramente estaba en el wáter para pensar algo así.
Solo nos queda terminar la entrevista desde la otra orilla del reggaetón. Miki, ¿el rock ha muerto?
M: No. El rock no ha muerto, pero tampoco se puede decir que es una música juvenil. Que cuatro adolescentes toquen Vivaldi, no convierte a esa música en algo juvenil. Son jóvenes que están cultivando esa música. Lo que pasa es que el rock empezó en la década de 1950. Tiene 70 años. No es lo nuevo; es un género muy bacán, pero muy antiguo.
El rock ya es algo retro.
M: Es retro. Esto que contaré es gracioso para mí, aunque para otros sonará a ofensa. Pero hay que conservar el humor: en El Dragón de Barranco, está DJ Alonso, quien es un capo. Un día le dije: “Ese tema que estás poniendo me llega al mazo”, y me respondió con sorpresa que era AC/DC. “¡Pero es una mierda!”, le añadí. Con esa voz [de Brian Johnson], no puedes estar hablando en serio. Es como Robert Plant, pero en broma. Y aun así tienen miles de seguidores en todo el mundo. Es válido, es bacán, y hay gente que me matará por este comentario. Es una cuestión personal, a cada uno le gusta lo suyo. Para qué te vas a rasgar las vestiduras si a los demás les gusta otra vaina. Quédate con lo tuyo, y chau. Por cierto, ¿cómo se llama ese tema famoso de AC/DC?
¿“Highway to Hell”?
M: Exacto. Busquen a Free, la banda inglesa. El tema “All Right Now”. El riff de “Highway to Hell” está ahí. Si es un plagio, ¿who cares? A quién le importa. Pero ese riff ya lo tocó Free en los años 70. El guitarrista Paul Kossoff se murió jovencito y era alucinante. Así que busquen “All Right Now” y verán cómo los ha estafado AC/DC [Risas]. Igual, siempre pueden disfrutar de las dos bandas. Por qué no. ■
Ayúdanos a compartir música. Si te gustó esta nota, compártela en tus redes