Raly Súmac lleva el festejo a la esquina: Tradición afroperuana en clave urbana

Raly Súmac acaba de lanzar «El Festejo», una propuesta que desafía las fronteras entre lo tradicional y lo urbano. El joven músico ayacuchano toma uno de los ritmos más emblemáticos de la tradición afroperuana y lo reinterpreta desde una sensibilidad cercana a la calle, incorporando elementos del sonido latino actual sin sacrificar la identidad del género.

La motivación detrás del tema surgió al observar cómo géneros como los corridos tumbados o el phonk brasileño han logrado cruzar fronteras. Para Raly, esa expansión global planteaba una pregunta inevitable: ¿por qué Perú, con su vasta riqueza musical, no podría aspirar a lo mismo? La respuesta fue crear una versión del festejo despojada de solemnidad, más accesible y diseñada para conectar con el público masivo.

La producción estuvo en manos de Julio Zavala (ZAV), músico, productor y bajista que ayudó a transformar un demo básico en una pieza con peso y textura. Lo que comenzó como una idea simple con bajo y sample terminó enriquecida con un cajón grabado en vivo y nuevas capas armónicas que le dieron profundidad al sonido. El resultado es una producción orgánica que respeta el origen del festejo mientras lo proyecta hacia otro territorio.

El videoclip se grabó en los estudios históricos de Apdayc, un espacio que Raly describe con reverencia. Al entrar y ver los retratos de Héctor Lavoe, uno de sus referentes musicales, sintió el peso simbólico del lugar. Esa conexión con la historia musical latinoamericana quedó plasmada en una producción visual que él mismo editó, cerrando el ciclo creativo con autonomía total.

«El Festejo» no es un proyecto aislado. Raly prepara su primer álbum de estudio, un trabajo experimental enfocado en la fusión urbana que verá la luz con su primer sencillo en noviembre. Ese tema ya está compitiendo en un concurso organizado por French Montana, señal de que su música comienza a moverse en circuitos internacionales.

Para el artista, este lanzamiento es parte de un objetivo mayor: demostrar que la música peruana puede renovarse sin perder autenticidad. «Quiero dejar constancia de que podemos reinventar lo nuestro», afirma. En su proceso creativo, el riesgo y el disfrute van de la mano, y cada canción funciona como una declaración de identidad propia.

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