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Suerte, Campeones: crónica de la despedida de Jean Paul y Mazu
- Fecha de publicación : 7:51 am
- 02/13/2023
- Última actualización: 7:51 am
- 02/13/2023
Fotos por Diego Bravo
Suerte Campeón habla muy seguido de las decepciones que ha sido sus vidas, de lo mal que lo han pasado con el amor, con el tener que madurar, y con el mantenerse sanos mentalmente en esta locura de ciudad. Lo hacen tanto que por momentos podemos llegar a creérnoslo; pero cada vez que asistimos a sus conciertos nos desengañamos. Ellos gozan de felicidad, incluso en momentos muy emotivos que quebrarían a cualquiera, incluso en la despedida de dos grandes amigos. También han visto cómo los sueños se cumplen.
La noche del domingo 5 de febrero se llevó a cabo el evento de despedida de Jean Paul Medroa y Mazu (conocido alguna vez como Sebastián Barrenechea). El local fue el Yield Bar del Centro de Lima, que por fuera podía ser el lugar más seguro del Perú (o no, eso depende de cómo te veas), pues en la Plaza San Martín, apenas a unos pocos metros, decenas de policías resguardaban la noche de algún manifestante espontáneo.
Por dentro del local, la realidad era distinta. Para empezar, un calor sofocante te recibía de inmediato y prácticamente te empujaba a comprar al menos una chela. En pleno verano un sótano no parecía ser la mejor opción desde un principio y así quedó demostrado. Sin embargo, hay que ser justos. La magia del evento era a prueba de llamas. La pasión pudo con todo, contra todo y por sobre todo. Los asistentes terminaron satisfechos. Recontra sudados, pero satisfechos.
¿Y por qué estuvieron satisfechos? La música y los artistas lo hicieron posible. Desde las dos bandas que salieron al frente para hacer entrar en calor al público, chicos del sótano y 16 bits, no hubo manera de tranquilizar a la gente. Podía estar vacío el escenario, pero si sonaba un tema de indie rock medio conocido, la emoción se desataba. Su fuente, a la vez, parecía infinita, porque cuando salió Suerte Campeón, se alcanzó un nuevo nivel de entusiasmo.
Los cinco chicos incomprendidos empezaron bien vestidos y terminaron semidesnudos, porque canción a canción la calefacción humana los obligaba uno a uno a quitarse una prenda. Iniciaron con “Problemas emocionales” y se fueron con “Tengo un amigo”. Iniciaron aparentemente tranquilos y al final denotaban alegría.
En sus canciones lo dieron todo. En “Mala Suerte Campeón” interpretaron lo que es que la vida a veces te trate mal y te vuelva un poco a tu realidad. En “Lluvia de Verano”, nos mostraron cómo alguna vez amamos a alguien a pesar de todo. En “Consumir Porquerías” nos recordó la vez en que prometimos no volver a beber y fumar y al siguiente fin de semana ahí estábamos dañándonos. Con “Los Días, Los Flores, Las Noches” nos trajeron de vuelta a la ocasión en que no queríamos levantarnos de la cama por un amor calcinante.
Y no solo les dieron música, sino que hubo mucho show. En distintos momentos, Jean Paul y Mazu saltaron hacia el público, quizás como una señal de lo que pronto serían sus nuevas vidas. También corrieron hartos besos sobre el escenario. Por último, uno de los detalles más valiosos, cuando Giancarlo Díaz, de 16 bits, una agrupación que ha crecido junto a Suerte Campeón, tomó el micro y los acompañó cantando “Árboles y Rosas”.
Ante estos estímulos el público, la horda apasionada, solo podía responder de una forma: desgañitándose y saltando enardecidos. Las formas de sus rostros eran desiguales, al igual que sus tamaños, ropas y colores. Pero al recordarlos solo uno recuerda que sus miradas emocionadas, el calor que emanaban y las decepciones acumuladas que transmitían (y de las que, por cierto, parecían liberarse tras cada nota).
Pero lo que empezaba debía terminar. Lo hacía el concierto y la carrera de Suerte Campeón con Jean Paul y Mazu. El público habiendo percibido esto, les exigía a ambos cada vez un poco más de dramatismo. Es así que, cerca al final del concierto, ya sin polo, ambos soltaron unas palabras. Dijeron entre muchas cosas, gracias por la oportunidad, que Suerte Campeón seguirá siendo Suerte Campeón sin ellos y que recordarían esto como la prueba irrefutable de que los sueños vuelven realidad.
Al principio, Jean Paul era solo un fan de la banda. Fueron su talento y su actitud tan agradable lo que lo llevaron a pasar al frente. Para él, sueño cumplido aplica perfectamente. De hecho, vivió el resurgimiento de Suerte Campeón. Su primera tocada fue en un evento sold-out donde los fanáticos casi destrozan el escenario del local. Su segunda presentación, en Movistar Música, nada menos.
En el caso de Mazu, la situación es un poco distinta. Él entró en reemplazo de un miembro crucial, el popular “Pollo”, cuando la banda alzaba vuelo y empezaba a mezclarse con otras bandas de mayor trayectoria. Lamentablemente el covid los detuvo y se cayeron las presentaciones por bastante tiempo. Este último par de años recién los vivió plenamente.
Sin embargo, ambos pueden decir que lo lograron, participaron de una banda que admiraban desde antes y ahora se marchan con el gusto de haber contribuido, de haber puesto su granito de arena y quedar en la historia y el recuerdo de sus seguidores. Lo dijo el mismo Santino, líder indiscutible de Suerte Campeón: “Han puesto la valla súper alta, lo que la banda se volvió no habría pasado si no fuera por ellos”.
Cuando sonó la última nota, Jean Paul y Mazu se entregaron a su público. Rendidos. No había manera de no reconocerles el empuje en esta etapa de sus vidas, en esa noche de calor y adiós, del final de dos sueños cumplidos.
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