Las bandas de metal no tienen público, tienen fanáticos. Fanáticos como los peruanos que esperaron desde tempranas horas, con el ceño fruncido y cerveza en mano, haciendo cola en el Estadio Nacional para el día que esperaron toda su vida: el primer concierto de Slipknot en Lima. Fue un público reducido, menos de 10 mil personas, pero que lo dejó todo en el pogo ante un show con una energía digna de un estadio lleno.