- Noticias
- Wayo: “Es urgente creer en uno mismo para crear una realidad mejor”
Wayo: “Es urgente creer en uno mismo para crear una realidad mejor”


- Fecha de publicación : 6:26 pm
- 08/06/2024
- Última actualización: 8:49 pm
- 08/08/2024
Errante, caminante, amalgama la música y la literatura en cada estrofa que construye con desmesurada pasión, como su hablar, como los años que le ha tocado transitar en el espectro musical. Wayo, mira hacia adentro, va en retrospectiva para engendrar el futuro. Escritor materializado, ahora no solo de canciones, cantautor que pinta su propio cuadro más allá del pop. En esta entrevista, presenta las credenciales de sus pulsiones sonoras.
Desde creador de canciones hasta escritor en ejercicio incesante ¿Podríamos decir que ahora el oficio artístico es más amplio?
Creo que uno es lo que hace y se hace en el camino, y en mi caso el hecho de viajar a cantar a diferentes lugares me ha llenado de experiencias que busco compartir, ahora no sólo en canciones sino también en textos que se han transformado en libros (publicados en España), algo que siento como un impulso que se alinea con mi pasión por la lectura y la música. Lo curioso es que mi formación para ser músico viene del teatro (Alberto Isola), el canto (Manuel Cuadros Barr) y la danza (Mirella Carbone). También de esas lecturas y canciones que desde niño me motivaron a querer crear. De ahí la amplitud. Escribo para cantar y canto para vivir.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Para mí lo importante es vivir: caminar, viajar, leer, compartir, conversar, escuchar, pasar tiempo con mi familia y también a solas. En paralelo me ejercito, es decir, tengo la práctica de escribir de madrugada, apenas despierto, cuando todo está en silencio y de tocar la guitarra diariamente, aunque sea unos minutos; por lo general termino grabando una idea en el teléfono que luego se transforma en la semilla de una canción. En el caso de los textos tengo por norma mantener la primera impronta y en la relectura defino detalles. Creo que en la disciplina de la práctica está el mantener despierta y viva la llama de la creatividad.
Muchas de tus canciones guardan mensajes, aprendizajes para agitar el pensamiento ¿No eres parte del pop?
Una de mis canciones dice: Es tiempo de volver a incendiar esas mentes que dormidas buscan ritmo y nada más, una canción es fuerza y libertad, arde cada día, no te duermas sin soñar. Lamentablemente no soy parte de ese escenario y me gustaría serlo en otros términos, entendiendo «pop» como parte de la cultura popular, que hoy está venida a menos con el uso y abuso de la chabacanería como recurso para gustar y entretener. Y digo que me gustaría serlo porque en mi experiencia, tanto en casa como en mi barrio, el tener modales, buen trato y buscar alimentar la mente, el espíritu era algo natural, vital, no la involución que viene sucediendo. Las conversaciones, el intercambio de libros, películas y música eran justamente para crecer, para expandir el aprendizaje y entendimiento del mundo, más allá del paporreteo académico…
De ahí vienen las ganas de viajar guitarra al hombro, de hacer canciones y de escribir. Mi credo es que el Arte está para revolucionArte, para revelArte, para sanArte y para transformArte. Puede ser catártico y de protesta, pero necesariamente debe contener una propuesta, sino es pura pataleta o algo egocéntrico y meramente decorativo. Es urgente creer en uno mismo para crear una realidad mejor, más allá de la insultante producción de basura mediática que propone el libre mercado con la excusa del entretenimiento y la necesidad de subsistir de los actores del ecosistema cultural, pienso que sí se puede entretener y educar; no es excluyente como nos quieren hacer creer los partidarios del “pan y circo”.
Eres un cantautor peruano con nutridas giras europeas ¿Cuál ha sido tu evolución en ese público?
En principio es un regalo de vida el hecho de que mi pasión, ganas y compromiso por hacer canciones -y ahora también por escribir-, me hayan permitido cruzar seis veces el charco, viajar a cantar, conocer así lugares y personas maravillosas. Esas ideas fueron sembradas en las canciones, lecturas, películas y conversaciones que he tenido desde niño; no son casualidad, sí siento que son una causalidad. Imagina mi sorpresa al recorrer mágicos lugares que antes sólo visitaba en libros y sueños… Cuando en 2015 compuse mi canción «¡Vámonos!», sentado en un avión regresando de la segunda gira de presentaciones por Buenos Aires, escribí la frase: Todo pensamiento es realidad y se transformó en un mantra para todo lo que vino después: recorrer Trujillo, Cusco, Arequipa, Huánuco, Oxapampa, Cañete, Iquitos, Madrid, París, Bruselas, Lille, Tournai, Milán, Medellín y luego dos intensas giras recorriendo gran parte de España por San Sebastián, Pamplona, Burlada, Tafalla, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla, Cádiz y siempre regresando a Madrid. Y si hablamos de evolución creo que aún sigo procesando las experiencias, el aprendizaje, sobre todo el cariño recibido, porque cada aplauso y sonrisa obsequiada en los conciertos se han sentido tan fuerte como un abrazo. Eso se ha transformado en mi próximo proyecto de libro-disco.
Por mi parte, sólo espero haber devuelto con mi canto parte de la generosidad del público y amigos que me han acompañado, incluida mi madre que me acompañó en mi presentación con fecha propia en la mítica Sala Galileo Galilei de Madrid, ni ella se lo creía (risas). Como anécdota recuerdo también que en una de las giras tuve el inmenso honor de compartir con el maestro Diego Vasallo (Duncan Dhu), en su hermosa ciudad de San Sebastián y él lanzó una pregunta al viento muy interesante: ¿Por qué hacemos ésto? (dejar familia, ir con la guitarra por caminos desconocidos, a la aventura, pasando frío, hambre, etc.), creo que es por una necesidad vital de perdernos para encontrarnos, de vivir al límite y definitivamente por amor al sueño de querer ser músico. Yo me siento vivo en una canción.
Personalmente, creo que «El Cantante va», es algo así como una reseña propia de tu tránsito en la música ¿Qué definición tienes al respecto?
Es mi homenaje al oficio de ser músico, en el personaje de un cantante que va cumpliendo su misión contra la desidia, el viento y la marea. Inicia con un verso prestado del inmortal Felipe Pinglo Alva («La noche cubre ya» – El Plebeyo, 1930), justamente para honrar a un grande de la creación y el resto de la letra, donde verso a verso voy presentando a varios de mis héroes musicales, es mía.
Para la pre-producción conté con la guía de José Arbulú (Cementerio Club), a quien considero un maestro y amigo, el primer músico de carne, hueso y alma que conocí a los catorce años y que también está representado en esa canción junto a Manolo Barrios (MDC), José Javier Castro (El Aire), César Príncipe (Cardenales), Daniel F, Miguel Ángel Vidal (Voz Propia), Wicho García (MDC), Pelo Madueño, Chabuca Granda, Mikel Erentxun, Johnny Cash y Gustavo Cerati. Lo digo abiertamente, aunque ellos no lo sepan y sin temor a ese deporte nacional que prohíbe el admirar a otras personas porque es visto como un acto de sobonería; porque si soy músico es en parte por esos seres que previamente decidieron hacer un camino que a mí me sigue inspirando hasta hoy. Y si bien la canción tiene esos destinatarios creo que, como mencionas, también habla de mí y es que como escribió el gran Unamuno: «Sólo el pensamiento vivido tiene valor». Así que sí, también es mi historia, la de ir a contracorriente, cantando y tocando la guitarra de mis propias canciones, con la febril ilusión de hacer de mi presente un lugar mejor; sobre todo ahora que con la edad cada concierto se convierte en algo único y especial. La inmortalidad es ahora exclusividad de las canciones.
En tu exploración artística ¿Escribirías un libro sin grabar un disco?
Es lo que hice apenas regresé de España, escribí mis «Reflexiones Paramusicales: Creer para crear», que está en revisión, falta definir si, universo mediante, es nuevamente de interés de la editorial española o si debo buscar una editorial local. La idea inicial es que fuera sólo un libro, pero fue el mismo texto el que me impulsó a componer, en tres días, las veintiún canciones que acompañan cada capítulo. Y es que la propuesta de este cuarto manuscrito tiene la intención de despertar y dar relevancia a la creación por sobre la procrastinación, la copia o imitación. Quizá más adelante, con más vivencias, venga un libro puro y duro, pero como respiro y sueño música lo dudo (risas).
En lo musical, luego de un resaltante trayecto discográfico ¿En qué momento te encuentras?
Siempre agradecido. Lo converso eventualmente a manera de reafirmación: quiero ser músico, no me aburgueso ni acomodo con lo ya hecho; mantengo la ilusión, el compromiso y sobre todo la disciplina, algo que no tenía cuando empecé siendo parte de una banda y durante el primer año de solista, luego las responsabilidades te enfocan y 22 años después ya es norma. A mí me causa gracia el hecho de que haya gente que imagina que sigo siendo el loco desaforado de los vertiginosos noventas, quizá son ellos quienes no han crecido…y bueno lo sigo siendo pero dentro de mi refugio y espacio de libertad que es la música. Mi meta es mutar a diario. Digo que me siento agradecido porque estoy terminando la realización de mi próximo disco en Barracuda Studio, con Ricardo Tafur, un productor maravilloso que da siempre mucho más de sí en favor de las canciones y en donde participan grandes artistas invitados de España, Chile, Venezuela, Estados Unidos y Perú, que admiro mucho y que con su generosa presencia cumplen el lema: «La música une». También estoy agradecido porque he sido motivado a retomar el camino eléctrico con banda soporte, trabajando con un súper equipo: Roberto Rojas en batería, Dan Shinta en guitarra, Leo Rodríguez en bajo, Paula Rodríguez en coros, Juanillo Ramos en sonido y Renato Flores en producción general, que ante todo son grandes personas, algo que considero muy importante.
Estoy agradecido porque cuento con la representación en España de la agencia MusicHunters y aquí acabo de ser fichado por la productora y management Pop Art Perú, con quienes estoy muy contento por la confianza, apuesta, respaldo y proyección hacia lo que se viene. Estoy agradecido por la oportunidad de prosperar en el mundo de la música compartiendo mi experiencia, asesoría y estoy principalmente agradecido por la salud, por mi voz, por la posibilidad de crear, por mi familia, por mis padres, hermanos y sobrinos, por la luminosa energía de mi compañera de vida, por la vitalidad de mis hijos, que son mis mejores canciones.
Ayúdanos a compartir música. Si te gustó esta nota, compártela en tus redes