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Alejandro Mirones de 2 Minutos: “El género urbano tiene mucho que ver con el punk”
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El barrio, la calle y el descontento social han sido el combustible de 2 Minutos desde sus inicios en 1987. La banda argentina, referente del punk latinoamericano y el ‘rock barrial’, ha sabido retratar la crudeza de la calle con himnos como “Ya no sos igual” y “Piñas van, piñas vienen”. A más de tres décadas de su debut, su legado sigue intacto. En el marco de su próxima presentación en el festival Vivo X El Rock en Perú, conversamos con Alejandro ‘Indio’ Mirones, guitarrista del grupo, sobre la vigencia del punk y el impacto de su música en las generaciones que encuentran en sus letras un reflejo de la realidad.
Han pasado más de 30 años desde Valentín Alsina (1994), un disco clave del punk argentino. “Canción de Amor” y “Ya no sos igual” siguen siendo coreadas hasta el día de hoy. Sin embargo, ¿creen que el mensaje que quieren transmitir es el mismo o la sociedad ha cambiado sus necesidades?
Alejandro: Lo que pasa es que la situación mundial, la del país y la de los jóvenes no cambió, por eso las canciones siguen teniendo validez. Cuando nosotros éramos jóvenes y tocábamos, queríamos decir lo que otra música no te decía. Hoy se siguen cerrando fábricas, sigue habiendo represión; ocurre que los jóvenes pueden tener un teléfono, pero no tienen futuro. La tecnología creció mucho, pero los problemas siguen igual, hasta quizá peor.
¿Y cómo recibe la gente el mensaje? ¿De la misma manera que antes?
A: Claro. Hay que pensar que la banda toca hoy para casi tres generaciones. Hemos estado en lugares donde han estado los padres con los hijos, y hasta los hijos con los nietos. Lo que pasamos nosotros, ahora lo vuelve a pasar esta generación. La diferencia es que ellos tienen más tecnología y posibilidades. Por ejemplo, al principio era muy difícil grabar y conseguir un equipo; hoy es más fácil, pero al mismo tiempo cuesta mucho. La música pasa mucho por lo que se hace con computadoras en casa, nosotros seguimos siendo una banda que toca.
¿El punk ha cambiado?
A: Cambiaron un montón de cosas que la gente vive. La manera de usar la tecnología, por ejemplo. Antes, alguien que quería difundir su palabra hacía su fanzine. Hoy hacen un blog o sacan una foto con el teléfono. Bueno… por ahí perdió un poco de romanticismo.
Romanticismo difícil de recuperar…
A: A ver, es que tampoco es que se perdió totalmente. Hay jóvenes que tienen cosas para decir y lo saben hacer muy bien con un teléfono. Saben hacer bien las críticas. Eso es tener un poco de cabeza. Por ejemplo, hay gente que edita un video y le sale muy bien. A mí eso me sale mal. También pasa que ellos se criaron con un teléfono en la mano. En mis tiempos, el teléfono lo tenía un vecino en casa y tenías que pedirle permiso para llamar al hospital. [Risas]
Hay costumbres que han perdurado en el tiempo. Por ejemplo, “Domingos” habla de ir al estadio el fin de semana para alentar al equipo de fútbol del cual eres hincha. Eso se hace hasta el día de hoy.
A: Pero también depende. Cuando yo era niño tenía una canchita de fútbol a la vuelta de mi casa y me la pasaba todo el día ahí. Hoy los niños no van a canchitas, van a escuelitas de fútbol. Después, sobre el ritual de ir al estadio, yo al menos no lo perdí. En Argentina es imposible abstraerse del fútbol.
Hoy se dice mucho que el género urbano es la nueva voz musical de los barrios. ¿Es verdad?
A: Los punk rockers saben que, cuando empezó esta música, se decía que no había futuro. El género urbano tiene mucho que ver con el punk porque empieza haciéndolo uno mismo. Y a veces se cruzan los dos géneros. Por ejemplo, hace poco nosotros tocamos con Trueno y fue una experiencia muy buena. Él tiene la experiencia de vivir en un barrio como vivíamos nosotros, de venir de abajo, de una familia trabajadora, de no tener qué comer y pedir monedas para poder ir en un bus.
Hace unos días se viralizó un video donde el guitarrista de Flema, Luis Gribaldo, manifestaba su apoyo a Milei, lo que llevó a su expulsión de la banda. ¿El punk tiene una responsabilidad política o social?
A: No. Uno tiene responsabilidad política, no el punk. Decir que el punk tiene responsabilidad política es agruparnos y no somos todos iguales. No puedo opinar de las decisiones de otras bandas, pero personalmente no me gusta Milei. No pienso igual ni tengo nada que ver con él.
¿Ser de derecha y ser punk es contradictorio?
A: No conozco ‘punks’ de derecha. No están nunca de ese lado. Ni tampoco de izquierda, te diría. El punk va por el lado personal. No es decir: “Somos todos”. De lo que estoy seguro es de que no voy a estar del lado de Milei.
¿En qué momento crees que se encuentra el punk en la actualidad?
A: Yo creo que cada uno tiene que vivir sus experiencias y hacer lo que le guste. Mientras la gente siga haciendo eso, estará en actividad. ¿Viste que hay gente que dice: “Tal cosa es punk”? A mí me gusta cuando la gente lo asocia así. Por ejemplo, en Italia alguien pinta un McDonald’s y la gente dice que es una actitud punk. Eso es bueno. Cada vez que hay una protesta, siempre ponen la palabra “punk”.
El término punk también funciona fuera de la música…
A: Claro. Es algo cultural. Cuando un jugador le pega una piña al arquero, se dice que es una actitud punk [Risas]. Mientras esas cosas existan, siempre va a existir el punk rock.
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